CAMPEONATOS DE VIDEOJUEGOS CON PREMIOS DE MÁS DE UN MILLÓN DE EUROS



Cada año se lleva a cabo la celebración de las finales europea y norteamericana de 'League of Legends', un videojuego que cuenta con 32 millones de espectadores online. Las entradas presenciales cuestan hasta 60 euros.

La pasada final del Mundial de fútbol de Brasil tuvo casi mil millones de espectadores, mientras que más de 110 millones de personas siguieron la Super Bowl estadounidense y cerca de 30 millones vibraron con la final de la NBA. La final del campeonato mundial de League of Legends, un juego de ordenador, pasa más desapercibida entre el público corriente, pero se ha convertido en un evento cada vez con mayor presencia. En 2014, más de 32 millones de personas siguieron en streaming el enfrentamiento final y las cifras podrían incrementarse este año, ya que el número de usuarios no ha dejado de crecer.


En conjunto, los deportes electrónicos (e-sports) mueven cerca de 18.000 millones de dólares al año (unos 16.000 millones de euros), ya sea a través de la venta directa de entradas, la publicidad o el patrocinio. Cada uno de los equipos está organizado de una forma completamente profesional, con sponsors que les patrocinan para que puedan entrenar a jornada completa, como cualquier otro deportista de élite. Por ejemplo, Origen, uno de los equipos que se disputa la final europea, cuenta con el patrocinio de la empresa de servicios financieros TrigMoney o la de productos electrónicos Ozone. Su rival, Fnatic, está apoyado por el fabricante de ordenadores Benq, la bebida energética Monster o el antivirus Avast.

Funcionamiento

Cada uno de los equipos, compuestos por cinco personas, tiene que organizarse para conquistar la base del equipo rival. Para ello, cuentan con un amplio abanico de habilidades, como la de paralizar al enemigo o la de saltar sobre él para cortarle la retirada, y pueden desarrollar estrategias para emboscar a los enemigos.

La cámara se centra en el punto más caliente de la acción, mientras un par de comentaristas hablan sobre la composición del equipo (cada uno de los más de 130 personajes tiene características y habilidades propias), de las armas y objetos con los que cada jugador decide equiparse (de nuevo, más de un centenar, y cada uno con sus características propias) y de las jugadas que se estén produciendo, como lo haría un locutor de un partido de fútbol.

Origen cuenta con dos españoles en sus filas: Enrique Cedeño (conocido en el juego como xPeke) y Alfonso Aguirre (Mithy). El primero fue campeón del mundo con Fnatic en 2011, antes de fichar por su actual equipo. Era la primera temporada, cuando el predominio de los jugadores coreanos todavía no era tan acentuado. Años después, el juego ha atraído a un número cada vez mayor de personas, haciendo que ganar el torneo sea cada vez más complicado, pero también ha hecho que los premios sean cada vez más suculentos. Así, el equipo que gane la copa se repartirá casi un millón de euros.

Los salarios que cobran los jugadores rondan estas cifras. Aunque la mayoría no los hacen públicos, alguno sí que lo ha desvelado. Carlos Rodríguez (Ocelote) fue el primer jugador español en confesar en 2013 que cobraba una nómina anual de casi un millón de euros. Dos años después, Rodríguez ha cambiado de bando y ha fundado su propio equipo, Gamers2, con el que ha conseguido clasificarse como uno de los ocho más potentes de Europa, aunque todavía tiene mucho margen de mejora, conforme el equipo se consolide. Entre sus funciones se encuentran fichar a los mejores jugadores, lograr la entrada de nuevos ingresos y administrarlos.

Además de League of Legends, Gamers2 se ha especializado en una serie de juegos online, como Counter Strike (de disparos por equipos), Heroes of the Storm (estrategia), Call of Duty (guerra) y Fifa (fútbol). Además, hay otros juegos como Defense of the Ancients o StarCraft que copan la mayor parte de los deportes electrónicos.

INVENTOS DEL FUTURO: ENFRIAR BEBIDAS Y OTROS LÍQUIDOS SIN NECESIDAD DE HIELO

Una joven química de la Universidad de Zaragoza ha creado un enfriador que funciona mediante una disolución de sales en agua, cuya mezcla se enfría en segundos alcanzando temperaturas próximas a cero grados centígrados.

 

Un enfriador de latas y botellas de 33 centílitros que funciona sin electricidad ni hielo y que permite enfriar la bebida hasta 20 grados centígrados en menos de diez minutos en cualquier lugar y momento. «Aisber» es el nombre de este producto innovador y ecológico, que ya está en el mercado, y que ha sido desarrollado por la joven química Paola Fatás, con la colaboración de la Universidad de Zaragoza.

El proceso de enfriamiento en el interior de Aisber se produce de forma instantánea en el momento en el que se mezclan los componentes: principalmente urea y agua, que al disolverse alcanzan temperaturas próximas a 0 grados centígrados.

La lata o botella se coloca en el interior del enfriador, que toma forma cilíndrica. Una vez activada, la mezcla se mantiene fría alrededor de 30 minutos, evitando que la bebida se caliente durante su consumo. El producto está disponible en la página web www.aisber.com y en tiendas de deporte especializadas.

Así funciona el invento

Aisber está formado en su parte interna por bolsas con cavidades separadas, que contienen líquido y sales. Al presionar sobre la cavidad que contiene líquido, el sellado que separa ambas se abre, produciéndose la mezcla de componentes que activa el enfriamiento.

El proceso consiste en una disolución de distintos compuestos en agua que requiere energía. Esta energía se absorbe del exterior en forma de calor, de modo que la temperatura disminuye rápidamente. Este tipo de procesos, en los que el sistema absorbe energía del exterior, se denominan «endotérmicos» y ocurren cuando la energía del sistema final es mayor que la del sistema inicial.

 Fuente: El Mundo